viernes, 3 de septiembre de 2010

Cena (tres)

Ariel, Bruno y Pablo son compañeros de laburo. ¿Su laburo? Robar, afanar, delinquir. ¿Su especialidad? Bancos.
Bruno es el ingeniero del grupo. Planea meticulosamente cada asalto. Los tres tienen título secundario, unos 25 años y han elegido la delincuencia por motus propio.

Ariel: - ¿Alguien puede apagar esa música de mierda?
Bruno: - Es Schubert...
Pablo: - Ay, el señor que escucha música clásica...
B: - Es romántica.
A: - Me chupa un huevo y medio de quien sea, no puedo escuchar ni siquiera nuestra conversación. (Gritando muy fuerte) ¡¿Alguien puede escuchar lo que estoy diciendo ahora, carajo?!
B: - Eu!! Pará un poco...ahí la bajo.

(B se levanta de la mesa y baja el volumen del equipo de música. Vuelve a la mesa.)

P: - Ay, el señor que no tolera los volúmenes altos...
B: - Bueno, la cuestión es que la mina me dice "te juro que tengo ganas, pero hoy no..."
A: - Qué hija de puta! Te quisiste achurar el chorizo...
B: - Imaginate... Pero no me dio para irme a la mierda. Entonces le dije que estaba todo bien...
P: - Ay, el señor Don Galán...
A: - ¿Y a vos que te pasa hoy, boludo?
P: - Nada, ¿por?
A: - Estás con esta mierda de "Ay, el señor..."

Pablo se queda callado y agacha la cabeza.

A: - Bueno, ¿y entonces?
B: - Nada, la banqué toda la noche. La acompañé hasta la parada del colectivo y todo...
A: - O sea que la dejaste entre dos paradas: la tuya y la del colectivo.
B: - Algo así.

Pablo empieza a reír sin parar. Ariel y Bruno lo miran.

A: - ¿La vas a volver a ver?
B: - Sí, voy a esperar dos o tres días y le voy a tirar un texto.
A: - Bien. Che, ¿vieron el partido hoy?
B: - Si.
P: - ¿Qué partido?
A: - ¿Vos viste la patada que tiró el Tinto Romai?
B: - Magistral. Era para sacarle una foto y mandarla a enmarcar. Patada de póster.
P: - ¿Qué partido?
A: - Aposté con mi hermano 200 mangos...
B: - O sea que hoy la cena la pagás vos.
A: - Puede ser. ¿No te debo 20 mangos a vos?
B: - ¿De qué?
A: - La última cena.
B: - ¿La pintura?
A: - Estás estudiando tanto que tus chistes ya no son divertidos.
B: - ¿La parrillada?
A: - Sí.
B: - Golazo, hoy pagás vos en serio entonces.
P: - ¿Golazo? ¿Qué partido?

Ariel mira su celular.

A: - El próximo es en Villa Adelina. Me acaba de mandar...
B (interrumpiendo): - Estamos cenando.
A: - Pero le tengo que avisar si estamos adentro o no. La movida se la van a pasar al turco si no la agarramos.
B: - Estamos cenando.
P: - Ay, el señor que no puede hablar de negocios en la mesa...


(Silencio largo.)



B (dirigiéndose a Ariel): - ¿Qué le pasa?
B (dirigiéndose a Pablo): - ¡¿Qué te pasa?!

Pablo se queda callado.


B: - Estamos adentro. Respondé rápido y apagá el teléfono. Este turco de mierda...¿Dónde carajo queda Villa Adelina?
A: - Listo.
B: - ¿Lo apagaste?
A: - Sí.
B: - ¿Lo apagaste?
A: - Es que me copé con esto del Twitter, viste. Estoy siguiendo la data de...
B (interrumpiendo): - Apagá esa mierda.

Ariel apaga el teléfono celular.

A: - Gracias a esta mierda, como le decís vos, me enteré antes que nadie que salió una edición limitada del último disco de los Stones.
P: - Ay, el señor que está conectado todo el tiempo con...
B (interrumpiendo): - Esperá un segundo.

Pablo se queda callado. Bruno se levanta de la mesa y se dirige hacia un mueble que tiene dos cajones. Abre el cajón izquierdo y saca una pistola 9mm. La carga y le dispara a Pablo un tiro en cada pierna.

B (a Ariel): - Llevátelo. Cargálo en el auto y lleváselo a Mario. Que lo ubique en el Fernández un par de días. Le va a conseguir una habitación seguro. Decíle que le saque del cuerpo hasta el último gramo de esa mierda que está tomando y me lo traiga de nuevo. Te espero para el postre.

Ariel toma a Pablo de los brazos y se lo lleva. Bruno va en busca de un trapo de piso y vemos cómo limpia la sangre del piso mientras silba alguna melodía de Schubert.












jueves, 2 de septiembre de 2010

Elena y Javier [1]: Una cuestión de probabilidades.

Javier y Elena desayunan. Desde hace meses que no se llevan bien. Javier lee el diario y no mantiene contacto visual con Elena.

-Javi, estoy leyendo.
-No pares, entonces. Aprovechá y no pares.
-Te quiero contar algo. Estoy leyendo un libro de divulgación científica...
-Ajá...
-Javier!
-Qué.
-¿Me escuchás?
-Sí, ¿para qué estás leyendo eso?
-Para aprender cosas, pero sólo superficialmente. Viste que a mí no me gusta involucrarme demasiado con ciertas cuestiones.
-Sí...¿Cuestiones como el conocimiento?
-Te hablo en serio, boludo.
-Bueno, ¿entonces?
-No, nada. Dejá.

(Silencio.)

-Nunca te va a interesar un carajo lo que yo tenga para decirte, ¿no?
-Sí, mi amor. Me interesa, pero sos muy vueltera. ¿Por qué no me contás lo que querés contarme y listo?
-Bueno, este libro tiene un capítulo que se llama "Probabilidades".
-Ajá.
-Y te enseña probabilidades, con fórmulas y todo.
-Ajá...
-La única cagada es que está en inglés y me cuesta un poco entender algunos términos.
-Claro.
-Bueno, ayer estuve todo el día tratando de sacar cuál es la probabilidad de que seas un pelotudo.

Javier respira hondo, se saca los anteojos lentamente y, por primera vez en la escena, retira la vista del diario para mirar a Elena a los ojos.

-Me voy a trabajar, Elena.
-¿Qué querés comer a la noche?
-Algo livianito...¿pollo?
-¿Con puré?
-Con puré.

Javier se levanta de la silla, le da un beso en la cabeza a Elena, abre la puerta y se va.