lunes, 5 de noviembre de 2012

La música del azar

"La música traía el olvido, la dulzura de no tener que pensar ya en sí mismo, y una vez que terminaba de practicar cada noche, generalmente se sentía tan lánguido y vacío de emociones que lograba dormirse sin mucha dificultad."

martes, 7 de agosto de 2012

Demasiada confianza

Abuela: - Mira, Alan, yo te voy a decir lo que pienso. No se lo cuentes a tu papá, porque el me está ayudando mucho a mí y no quiero molestarlo, pero me parece que desde que cumplió cincuenta le está dedicando menos tiempo a la empresa. ¿No pensás que se relajó? Se dejó estar, tiene muchos compromisos sociales, está bailando tango casi todos los días, ¿no?...no sé, a mi me hace acordar a tu abuelo, y no sabés lo que me angustia...ay, me duele el pecho y todo. ¿Sabés lo que me dijo una vez?

Alan: - ¿Mi papá?

Abuela: - No, tu abuelo. Me dijo que a los cincuenta quería a dejar de trabajar. Y lo hizo. Con todo el dinero que había ganado durante años empezó a viajar, a derrochar la plata por ahí, a hacer malos negocios...bueno, vos ya sabés cómo terminó la historia.

Alan: - Sí...pero abuela, pero mi viejo no se relajó, es verdad que está más tranquilo, pero no descuida la empresa. Está disfrutando, está bueno que pueda encontrar un equilibrio donde el trabajo no es todo...¿no te parece?

Abuela: - Pero su empresa la construyó él solo, Alan, y la tiene que cuidar. Yo lo llamo a la oficina todo el tiempo, ya no lo llamo al celular ¿Y sabés qué? Casi nunca está. Siempre me dicen que salió...estoy preocupada, Alan.

Alan: - Abuela, papá está bien y sabe lo que hace, no creo que cometa los mismos errores que el abuelo. Voy a estar un poco más atento, pero no es para que te preocupes.

Abuela: - Bueno... Pero por favor no le digas que yo te hablé de ésto porque él se está encargando mucho de mí en este momento y no quiero molestarlo. Si llegás a hablar con él de este asunto, hacélo como cosa tuya.

Alan: - Si, abuela, quedate tranquila.

Abuela: - Sos un chico muy responsable, muy maduro ¿sabías, Alan?

--------------------

Daniel: - (...) y la tuve que frenar, le grité, porque se está haciendo la cabeza y agranda todo. Los problemas de salud los tiene, sería raro que no los tuviera, por la edad...pero tiene tanto tiempo libre que no para de pedir turnos con médicos. Y médico de acá que le dice una cosa, médico de allá que le dice otra, las medicaciones, las contraindicaciones...ahora dice que es sonámbula. ¡La conozco desde que nací y nunca fue sonámbula, Alan, nunca! Ayer se despertó a la mañana y encontró un paquete de galletitas de chocolate vacío sobre la mesa. No recuerda habérselo comido, se despertó en el medio de la noche y lo comió sonámbula.

Alan (sonriendo): - Lo que tiene que hacer es encontrar una actividad. Una sola, una sola que la estimule, la entretenga...no sé, que la haga pensar en otra cosa que no sea "la tragedia de la vida". Yo hablé con ella el sábado, y se nota que al no tener actividades propias anda todo en tiempo encima de los demás. Y todo le preocupa...

Daniel: - ¿Qué le preocupa?

Alan: - No, nada...estábamos hablando justo de vos. Por el campeonato de tango, qué se yo. Y bueno...nada, salió con que está preocupada. Tiene miedo de que a vos te pase lo mismo que al abuelo, que te relajes y termines descuidando la empresa...eso.

Daniel: - No entiendo...¿cómo que "me relaje"?

Alan: - Sí...nota que estás viajando mucho, que bailás tango muy seguido, dice que no te encuentra nunca en la oficina. Cree que querés dejar de trabajar, como hizo el abuelo. Como si estuvieras haciendo el mismo camino que el abuelo pero de manera inconsciente. Eso. Igual yo ya le expliqué que no era así y que no era para preocuparse...además vos no te pusiste a invertir en negocios que desconocés, y a la empresa le está yendo bien...Bueno, en fin, viste cómo es la abuela.

Daniel: - Qué bárbaro...

Alan: - Igual no le digas que te dije esto, porque me pidió que no lo hablara con vos. Dice que no te quiere molestar porque la estás ayudando.

--------------------

Conversación telefónica

Daniel: - (...) Sí, mamá, pero eso no lo tiene que ver un neurólogo, lo tiene que ver un traumatólogo, eso es de los huesos, no es de la cabeza.

[...]

Daniel: - Si querés verlo, andá a verlo, mamá, pero yo no te puedo llevar. Y consultále todo lo que quieras, pero no dejes de pedir un turno con un traumatólogo, por favor, y tratá de que sea la semana que viene...Total después si el neurólogo te dice que no hace falta, das de baja el turno y listo. Pero sino te van a dar turno para dentro de mil años.

[...]

Daniel: - No, el martes no puedo a esa hora, te acabo de decir.

[...]

Daniel: - Porque tengo una reunión en el centro.

[...]

Daniel: - Andá en remis, yo te lo pago.

[...]

Daniel: - Sí.

[...]

Daniel: - Sí, mamá, de trabajo. Escucháme, ayer hablé con Alan...

[...]

Daniel: - Sí.

[...]

Daniel: - Sí, está muy bien.

[...]

Daniel: - Sí, pero pará, mamá, de otra cosa te quería hablar.

[...]

Daniel: - Ayer hablé con Alan, durante la cena. Por favor te pido que no le digas que hablé de esto con vos, ¿ok? Porque me dijo mil veces que vos habías confiado en que él no lo iba a hablar conmigo. Pero solo para que te quedes tranquila, quiero aclararte que a mí no me va a pasar lo mismo que a papá. Papá se chifló, no sé qué le pasó, se volvió loco, hizo cualquier cantidad de pelotudeces con la plata...vos ya sabés. Quería decirte que te podés quedar muy tranquila...

[...]

Daniel: - Lo mismo que él. No es para que te preocupes. No quiero que te preocupes por eso.

[...]

Daniel: - No, no voy a descuidar la empresa, mamá.

[...]

Daniel: - Yo no soy papá, soy otra persona.

[...]

Daniel: - No sé, debe ser porque no debe estar tan en desacuerdo con vos.

[...]

Daniel: - Sí, pero el tango es un hobbie, no es mi trabajo.

[...]

Daniel: - Los martes y los jueves

[...]

Daniel: - No, lo de la vez pasada fue un caso especial.

[...]

Daniel: - Si, los jueves y los martes.

[...]

Daniel: - Sí.

[...]

Daniel: - Pero si vos me llamás al celular muchas veces, ¿qué estás diciendo?

[...]

Daniel: - Mirá, mamá, no digas disparates. Yo sé cuidarme.

[...]

Daniel: - Ok.

[...]

Daniel: - No, te podés quedar tranquila.

[...]

Daniel: - Sí.

[...]

Daniel: - Al traumatólogo.

[...]

Daniel: - Un beso.

--------------------

Abuela: -Alan, hablé con tu padre. Me pidió que no te dijera que hablamos, pero yo no me quedé tranquila...

(...)


sábado, 28 de julio de 2012

Del tomate



-Marcos, si te olvidaste los tomates te juro que te mato.

-No me olvidé, Ana. Pasé por el supermercado y los compré. Cuando estaba saliendo, me sonó el teléfono. ¿Sabés quién era? Aníbal ¡Aníbal Goranski! Me llamaba porque justo pasaba por la puerta de casa y se acordó de mí. De nosotros.
Quería saber si seguíamos viviendo acá. Bueno… y si seguíamos en pareja. Le dije que sí, pero que en ese momento no estaba en casa. No le quise decir que vos sí porque no sabía si tenías ganas de verlo. Entonces me preguntó por dónde andaba.
Le dije que saliendo del supermercado, a siete cuadras de casa. Me pasó a buscar con su auto, Ana, no sabés el auto que tiene. Parece una nave espacial. Pero no una nave espacial de ahora, sino una nave espacial del año 2052, increíble. Nos deslizamos sobre el asfalto…y el sonido… hermético como nada, Ana, no escuchás ni un ruido de la calle. Creéme que si te chocan, el choque no lo escuchás.
Bueno, cuestión que me fui con Aníbal a tomar algo al bar de Humboldt y Cabrera.

Tomamos unos tragos y los minutos pasaban. Tuve la mala idea de apoyar la bolsa de tomates sobre la mesa. Mientras charlábamos él se encargó de ir sacándolos de a uno de la bolsa. De vez en cuando los acariciaba, los hacía girar sobre la mesa, me los pasaba haciéndolos rodar…

Me dijo que esos tomates se veían muy bien. Los olió. Me contó que durante 20 años tuvo un campo con su mujer, Julia, cerca de Chávez. Y que plantaban tomates, entre otras cosas. Parece que se llenaron de plata con eso…con los tomates, digo. Y me dijo también que el aroma del tomate lo tenía muy internalizado, impregnado en su propia piel. Era el aroma que tenían Julia y él en común.

Se fue poniendo nostálgico, Ana. De repente se largó a llorar y me contó que extraña el campo, que desde hace unos meses está viviendo en la ciudad y no le gusta nada. Se compró el auto porque le sobraba la guita y ni siquiera eso lo hace sentir bien. Se la pasa llenando el tiempo con boludeces, Ana, ve todos los estrenos de la semana en el cine…
Imagináte, yo no entendía nada. Éste tipo se volvió loco, pensé. Finalmente, entre lágrimas, me contó que Julia lo dejó hace 5 meses por otro tipo. Un gaucho. De Chávez.

Cuando terminó de hablar, se quedó oliendo los tomates…una cosa increíble. Yo no sabía qué decirle, Ana. Me preguntó algunas cosas sobre mi vida, pero se notó que no le interesaban. Sólo necesitaba hacer catarsis. Y ya la había hecho.

Nos despedimos. Y cuando nos separamos del último abrazo, me preguntó si podía llevarse los tomates.

No pude hacer otra cosa, Ana. Le tuve que decir que sí.

lunes, 2 de julio de 2012

Letting go

"Some of us think holding on makes us strong, but sometimes it is letting go"

Herman Hesse

miércoles, 27 de junio de 2012

Vivir es aprender a soportar las pérdidas y disfrutar todo lo demás.

martes, 26 de junio de 2012

A veces

A veces es difícil escribir cuando las cosas están tan frescas.
Te detiene el pecho. Con su dolor.
Y te recuerda que no hay palabras suficientes
para expresar lo que tu cuerpo siente.

lunes, 11 de junio de 2012

Ausencia

Un fuerte y profundo dolor en el pecho
Angustia
La ausencia de alguien
Ausencia que será eterna

Ausencia que cuesta asumir
Ausencia que no se entiende
Ausencia que tiene que ser error
Ausencia que me despierta por las noches

Falta algo
Faltan gestos
Faltan imágenes
Faltan sonidos
Faltarán tactos

Es el silencio el que me despierta

Dolor en el pecho que invita a respirar profundamente
Respiración que calma pero no cura

Los cigarrillos no sirven
Se sienten feos, asquerosos

Llanto
Gota
Lágrimas
Agua que calma pero no cura

Nos arrancan una parte
Una parte de nosotros
Sin consultarnos
Sin la cual aún no sabemos vivir

No sabemos cómo se hace

Nos sacan partes
Pérdidas
Perdemos

Aceptar la vida como es
O no aceptarla

Seis de la mañana
Hoy recordé, después de 9 años y medio, cómo era cerrar la puerta que comunica el living con los cuartos sin molestar a un perro que hoy no queda encerrado en ninguno de los dos sectores de la casa.

Casa con nuevos sonidos
Extraño
Lo extraño
Se siente extraño
este fuerte y profundo dolor en el pecho

Presencia
Adquirís otro tipo de presencia
Hoy, más importante

Por dónde andarás

11/06/2012

miércoles, 9 de mayo de 2012

Antonio Tabucchi. El siglo XX: balance y perspectivas

"Si yo fuera un escritor como Georges Perec podría agotar mi discurso con una larga lista. Perec ha escrito, efectivamente, un hermoso texto que es una simple lista. Se llama J'aime, je n'aime pas, me gusta, no me gusta, y en esta lista ha revelado su estética. Pero pensándolo bien, resultaría difícil liquidar el siglo veinte con una lista a base de me gusta, no me gusta. Se trata de un siglo demasiado complejo, que a la vez gusta y disgusta; es el siglo de las contradicciones, de los contrastes, de los entusiasmos y de las desilusiones; es también el siglo de las grandes utopías sociales y de las grandes ideologías igualitarias; y es, al mismo tiempo, el siglo de los grandes desastres"

-------

"En este breve recorrido mío por el siglo xx no puedo olvidar a los escritores que han estado dominados por el sentimiento de que nuestra época es una época absurda. Se trata de un sentimiento bastante novedoso, típicamente de nuestro siglo, porque nunca antes se había manifestado en la historia de la literatura. [...] Un mundo absurdo, una vida absurda, cosas absurdas. Porque, como ha escrito Mercé Rodoreda en el epígrafe de La Plaça del Diamant, "My dear, these things are life". Cierto, estas cosas son la vida, y la vida, con toda su lógica feroz, resulta completamente incomprensible.

-------

"Hace muchos años, cuando era un joven que quería convertirse en escritor, leí una frase de Eugenio Montale que dice así (cito de memoria): Algunos pueden pensar que el arte es la forma de vida de los que en verdad no viven. Pero un poeta no debe renunciar a la vida; es la vida la que se encarga de esquivarlo"

-------

"Por lo que a mí se refiere, sin embargo, aunque soy vulnerable a numerosos sentimientos de culpa, no lo soy a éste. Porque no temo a la literatura y no me da miedo. Por otra parte, no podría. La literatura forma parte de mi vida, me acompaña, habita dentro de mí. No es la vida y no es su contrario. Forma simplemente parte de ella, como tantas otras cosas de este mundo. Me gustan las historias. Contarlas y escucharlas. Son dos formas opuestas y complementarias de mi ser de escritor. Un amigo mío ha escrito que soy disponible para las historias, y estoy seguro de que se refiere a una doble disponibilidad, porque también las historias son disponibles para mí. A menudo las historias me han buscado, me han seguido, me han encontrado. Y yo las he acogido. Me parece justo y natural. Hay que aceptar el propio destino."

------

"La vida, en sí misma, carece de formulación narrativa, por mucho que intente rellenar los vacíos que existen en el interior de los acontecimientos, no es capaz de saturar las incongruencias efectivas: es capaz sólo de llevar a cabo suturas, de organizar en términos lógicos lo que es el oficio de nuestro vivir. La vida es equívoca y subrepticia; nuestra narración, por muy dotada que esté de voluntad de completarla, acaba asumiendo la fisionomía del objeto narrado, se convierte en equívoca y subrepticia."

-------

"Con la información indiferenciada ha cambiado la percepción del mundo, porque la información indiferenciada pone todo al mismo nivel, de la guerra a los desastres, a la muerte, a los grandes premios automovilísticos. Creo poder decir que con la información indiferenciada se ha perdido una escala de valores éticos que constituye el alma de la literatura, y es precisamente con esta información indiferenciada con la que la literatura debe arreglar cuentas. La literatura, si quiere sobrevivir al caos, a la sima infernal de la que hablaba Pasolini, tiene que configurarse precisamente como información diferenciada, no debe por tanto competir con los mass media, sino plantearse preguntas."

-------

"Cito: Leer bien es un noble ejercicio que tendrá ocupado al lector más que a cualquier otra persona exaltada por la moda del día. Requiere un entrenamiento igual al que se someten los atletas, una intención constante hacia el objeto, una atención que dure casi como toda la vida. Los libros hay que leerlos con la prudencia y la reserva con la que han sido escritos, porque hay un salto considerable entre la lengua escrita y la hablada, entre la lengua oída y la leída. Normalmente la primera es transitoria, un sonido, un lenguaje, un simple dialecto casi en bruto, que aprendemos como brutos, inconscientemente, mamando la leche materna. La primera es nuestra lengua madre, la segunda es nuestra lengua padre, expresión elegida y reservada, demasiado densa de significados para ser apreciada por nuestras orejas. Y para hablarla debemos volver a nacer" (Henry David Thoreau)

-------

"[...] el momento en que estamos viviendo se ha convertido en el reino de la estupidez. Todo se ha convertido en espectáculo. La información se ha convertido en espectáculo, la política se ha convertido en espectáculo, la cultura se ha convertido en espectáculo. Hasta la guerra y la muerte se han convertido en espectáculo [...] Con los medios de masas el mundo viene desmenuzado, nivelado y vaciado de sentido: se convierte en la imagen del mundo"

-------

"[...] porque estoy convencido de que buscarse uno mismo a través de los otros es la mejor manera de buscarse uno mismo"

-------

"Creo que el hombre de hoy es un hombre incierto, inseguro, privado de certezas. En este laberinto que es la época contemporánea, en este caos, en esta sima infernal, como decía Pasolini, han ido reduciéndose a la nada la confianza en los grandes ideales, que tan a menudo se han revelado un fracaso, la confianza en los valores religiosos, la confianza en el progreso, que ha acabado por mostrar su rostro más amenazador y preocupante. Creo que la literatura no puede evitar el ocuparse de este hombre incierto y titubeante, tan desorientado que no es capaz ni siquiera de reconocerse, hasta el punto de haber extraviado hasta el sentimiento de la propia identidad."

-------

"En conclusión, éste es el hombre que la literatura del siglo xx y nuestra época nos entregan: un hombre solo y dividido, un hombre que está solo consigo mismo, pero que no se conoce ya a sí mismo, y que incluso se ha convertido en irreconocible. Pero si es verdad que la literatura es una forma de búsqueda, como yo creo que lo es, debe ir al encuentro del hombre de hoy y buscarlo. Debe seguirlo en su laberinto, debe acompañarlo. Si la literatura es una forma de conocimiento, como yo creo que lo es, debe intentar conocer a este hombre, penetrar en su corazón de tinieblas, descubrir sus deseos y sus sueños. Será quizás una búsqueda sin final, porque tal vez la literatura no sea más que una ilusión, no ofrezca más que la ilusión de abrir una puerta detrás de la cual hay otra puerta. Pero ésta es a la vez la fuerza de la literatura, la fuerza de la ilusión, la fuerza de un sueño. Como decía Gastón Bachelard, es necesario reivindicar el derecho de soñar. Quizá pueda parecer, a primera vista, un derecho de poca cuenta. Pero si se reflexiona sobre ello, aparecerá como una gran prerrogativa. Si el hombre es capaz todavía de nutrir ilusiones, ese hombre es todavía un hombre libre."

-------

"Probablemente el equívoco me persigue, porque cuando se escribe se hace referencia siempre a una visión autobiográfica de las cosas. Mi vida está plagada de errores y de muchos hechos confusos y me doy cuenta de ello. El problema reside en que, aunque no se cuente lo que se experimienta, los errores los cometemos de igual modo. Nuestra vida está llena de malentendidos, de equiívocos que determinan la existencia y que pueden convertirse o no en un camino para alcanzar un fin. Si pudiésemos prever nuestros equívocos gozaríamos de una vida completamente determinada, cosa que es imposible."

-------

"Vivimos en un tiempo en que hemos perdido la confianza en los puntos de referencia, en el que vivimos con intensidad el terror del vacío. Podemos decir que el novecientos y el seiscientos son siglos muy similares por una evidencia: los hombres de entonces y los que vivimos en la actualidad compartimos la pérdida de la certeza."

-------

"Lo importante en la vida del hombre no es encontrar; es muchísimo más importante buscar."

-------

"He leído muchas cosas sobre la fotografía que han acentuado esa intriga. Recuerdo, por ejemplo, una frase de Susan Sontag que me impresionó mucho: La fotografía es, al mismo tiempo, la imagen de una presencia y de una ausencia."

-------

"El viaje, para mí, es una gran forma de soledad. Cuando se viaja, se abandona la propia categoría. Esta situación desencadena una lucha del individuo consigo mismo porque nace, al mismo tiempo, un diálogo con el yo más profundo. El viaje, por consiguiente, aúna dos situaciones: la soledad y el extrañamiento. En estas circunstancias, según Bertold Brecht, el hombre se mueve de una manera extrañante, y ha de interpretar con ojos extraños lo que sucede en ese mismo momento a su alrededor. Por eso es tan importante, para mí, y para mis personajes, salir, viajar, explorar lugares desconocidos."

-------

"Viajar significa, como te dije, mirar fuera de uno mismo. Se viaja cruzando los pasillos de nuestra casa o caminando por la calle. El viaje no es más que la capacidad de conseguir interpretar lo que sucede a tu alrededor, y, por consiguiente, lo que sucede dentro de uno mismo. No importa que la estrategia se suscite en una ciudad conocida o no; lo interesante es la voluntad de examen, la voluntad de esclarecimiento de nuestro estado al interpretar lo que le sucede al otro."

-------

"Por ejemplo, la fuga al paraíso artificial de la droga (a la que se refiere Michaux) es un viaje sin motivación. Sin embargo, creo que puede convertirse en un transcurso muy interesante porque a través de él puede perderse y no hallarse el individuo."

-------

"-¿Qué condiciones tendrían que darse para que alguna vez sus personajes encuentren lo que buscan?
-Probablemente tendríamos que vivir en otro mundo, en un mundo donde todo fuera claro, donde vivir no planteara problemas. Este mundo hipotético produciría personajes que no habrían de preocuparse por la dificultad de existir; personajes que no tendrían que buscar. Si esa situación hipotética se diera realmente, no sé si perviviría la novela. Por lo menos a mí no me interesaría escribir."

-------

"Sí, me interesa principalmente el género narrativo. No he escrito poesía; y creo que soy incapaz de escribirla. De todas formas, los poetas me producen envidia, porque los poetas han tocado la gracia. Mis personajes son personajes errantes, efectivamente, y creo que éste es el verdadero destino del hombre. En el fondo no hacemos otra cosa que seguir nuestra propia fortuna."




miércoles, 2 de mayo de 2012

Campaña


Así como el artista se ve desafiado constantemente a ampliar sus límites y encontrar nuevos horizontes, hoy es el público quien tiene un trabajo pendiente.
La vida nos ha enseñado, durante largo tiempo, que la realidad que vivimos es completamente absurda, que conviven en ella personajes inentendibles, que las situaciones más increíbles, menos lógicas y más delirantes suceden en el plano de la realidad.
Me he cansado de conocer gente que me lleva a decir "esto es demasiado...". Me he cansado de experimentar situaciones que me llevan a decir "si esto fuese una película, dirían que es demasiado...".
Dicen que la realidad siempre supera a la ficción.
Es por esto que hoy el espectador debe romper con sus prejuicios, observar el mundo que lo rodea, y admitir que en el arte todas las locuras deberían estár permitidas. Es momento de hacer concesiones con el arte, levantarle las barreras y permitirle abrir el juego. Olvidemos por algunas décadas sentencias como "no sé, me pareció un poco exagerada..."
Entendamos que, para el arte, nunca es demasiado. Basta con mirar al desconocido de la butaca de al lado o asistir a una reunión de consorcio para darse cuenta de que si hacemos concesiones con la vida real, no hay razón alguna para no hacerlas con el arte.
Brindo por un mundo con ficciones que superen a la realidad.

sábado, 21 de abril de 2012

Gym

"El gimnasio es al deporte lo que la masturbación es al sexo."

David Lodge: Terapia

Intuición

Si no cultivamos nuestra intuición, en algún momento se atrofia.

Melodía

La capacidad melódica es un don que no podemos desarrollar con estudios.
[…]
Empiezo a pensar, de acuerdo con el gran público, que la melodía debe conservar su jerarquía en la cima de los elementos que componen la música. La melodía es el más esencial de todos ellos, no porque sea más inmediatamente perceptible, sino porque es la voz dominante de la sinfonía, no sólo en el sentido propio, sino asimismo en el figurado.


Igor Stravinsky: Poética musical

Orquestación

En todos los casos, doblar las partes da gordura a la música y constituye un peligro que no puede evitarse más que precediendo con infinito tacto. Tales ediciones requieren una sutil y delicada dosificación, que supone, en sí, un gusto de los más seguros y una cultura de las más refinadas.
Se cree generalmente que se puede aumentar sin límite la potencia, multiplicando esas duplicaciones, y es completamente falso: espesar no es fortalecer.


Igor Stravinsky: Poética musical

El virus del snobismo!

Oigo a menudo decir a los artistas: "¿Por qué os quejáis de los snobs? Son los servidores más útiles de las nuevas tendencias. Si no las sirven con convicción, las sirven al menos en su calidad de snobs. Son vuestros mejores clientes." A eso contesto yo que son malos clientes, falsos clientes, porque están al servicio del error tanto como al de la verdad. Sirviendo a todas las causas dañan en definitiva las mejores, porque las confunden con peores.
Puesto a elegir, prefiero las francas invectivas de un buen auditor que no ha entendido nada, a tantos falsos elogios, tan perfectamente inútiles a quienes los dan como a quien los recibe.
[…]
Desde el punto de vista del humanismo y del desarrollo de la espiritualidad no cabe duda de que el burgués constituye un obstáculo y peligro. Pero este peligro es demasiado conocido para que nos inquiete en el mismo grado que el que no está denunciado como tal: el esnobismo.




Igor Stravinsky: Poética musical

Límites sistémicos

Un sistema de composición que no se asigna a sí mismo límites termina en pura fantasía. Los efectos que produzca pueden agradar accidentalmente pero no son susceptibles de repetición. No puedo concebir una fantasía que se repita, puesto que toda repetición irá en su detrimento.
[…]
La función del creador es pasar por tamiz los elementos que recibe, porque es necesario que la actividad humana se imponga a sí misma sus límites. Cuanto más vigilado se halla el arte, más limitado y trabajado, más libre es.
[…]...porque se piensa que el Arte cae fuera de la común actividad. Y en arte, como en todas las cosas, no se edifica si no es sobre un cimiento resistente: lo que se opone al apoyo se opone también al movimiento.
Mi libertad consiste, pues, en mis movimientos dentro del estrecho marco que yo mismo me he asignado para cada una de mis empresas.




Igor Stravinsky: Poética musical

Imaginación, creación, observación

Lo que debe ocuparnos aquí no es, pues, la imaginación en sí, sino más bien la imaginación creadora: la facultad que nos ayuda a pasar del plano de la concepción al plano de la realización.
[…]
La facultad de crear nunca se nos da sola. Va acompañada del don de observación. El verdadero creador se conoce en que encuentra siempre en derredor, en las cosas más comunes y humildes, elementos dignos de ser notados. No le es necesario un paisaje bonito; no le es preciso tampoco rodearse de objetos raros o preciosos. No tiene necesidad de correr a la búsqueda del descubrimiento, porque lo tiene siempre al alcance de la mano. Le bastará echar una mirada alrededor. Lo conocido, lo que está en todas partes es lo que solicita su atención. El menor accidente le retiene y dirige su operación. Si el dedo resbala lo notará, y oportunamente sacará provecho de este imprevisto que le ha sido revelado por una falla.
Pero el accidente no se crea: se le observa para inspirarse. Es quizá, la única cosa que nos inspira. Un compositor preludia de igual modo que un animal hurga. Uno y otro hurgan porque ambos ceden a la necesidad de buscar. ¿A qué responde esta investigación en el compositor? ¿A la regla que lleva en sí como penitente? No: es que anda en busca de su placer. Va tras una satisfacción que sabe que no ha de encontrar sin esfuerzo previo. No nos esforzamos para amar; pero amar supone conocer, y para conocer hay que esforzarse.


Igor Stravinsky: Poética musical

El artista

La denominación "artista" -que en el sentido que se entiende las más de las veces hoy día confiere a quien la lleva el más alto prestigio intelectual, el privilegio de ser considerado como un espíritu puro-, este término orgulloso, es de hecho incompatible, a mi ver, con la condición de "homo faber".
Ahora es el momento de recordar que, en el dominio que nos corresponde, si bien es cierto que somos "intelectuales", nuestra misión no es la de pensar, sino la de obrar.
El filósofo Jacques Maritain nos recuerda que en la poderosa estructura de la civilización medieval el artista tenía solamente la categoría de artesano, "y toda clase de desenvolvimiento anárquico estaba impedido a su individualismo, porque semejante disciplina social le imponía, tácitamente, ciertas condiciones restrictivas". Es el Renacimiento el que inventó al artista, lo distinguió del artesano y lo comenzó a exaltar a expensas de este último.
En los comienzos, el nombre de artista se daba solamente a los "maestros en artes": filósofos, alquimistas, magos. Los pintores, escultores, músicos y poetas no tenían derecho más que a la calidad de artesanos.
[…]
Tenemos un deber para con la música, y es el de "inventar". Recuerdo que en una oportunidad, durante la guerra, al pasar la frontera francesa, un gendarme me preguntó cuál era mi profesión. Yo le respondí con toda naturalidad que era inventor de música. El gendarme verificó entonces mi pasaporte y me preguntó por qué estaba yo allí designado como compositor. Le respondí que la expresión "inventor de música" me parecía cuadrar mejor al oficio que ejerzo que aquel que se me atribuye en los documentos que me autorizan a pasar las fronteras.
La invención supone imaginación, pero no debe ser confundida con ella, porque el hecho de inventar implica la necesidad de un descubrimiento y de una realización. Lo que imaginamos, en cambio, no debe tomar obligatoriamente una forma concreta y puede quedarse en su estado virtual, mientras que la invención es conconcebible fuera del ajuste de su realización en una obra.


Igor Stravinsky: Poética musical

De la composición musical: intuición - trabajo

El estudio del proceso creador es de los más delicados. Es imposible, en efecto, observar desde afuera el desarrollo íntimo de tal proceso. Es inútil tratar de seguir las fases del trabajo ajeno. Es igualmente difícil observarse a sí mismo.
[…]
La mayor parte de los melómanos cree que lo que impulsa a la imaginación creadora del compositor es cierta inquietud emotiva que se designa generalmente con el nombre de "inspiración".
No pienso negar a la inspiración el papel eminente que se le acuerda en la génesis que estudiamos; simplemente pretendo que no es en modo alguno condición previa del arte musical, sino una manifestación secundaria en el orden del tiempo.
"Inspiración", "arte", "artista", son palabras de sentido poco determinado que nos impiden ver con claridad en un dominio en donde todo es equilibrio y cálculo, por donde pasa el soplo del espíritu especulativo. En seguida, pero sólo más tarde, nacerá esa turbación emotiva, que se encuentra en la base de la inspiración, de la que se habla tan impúdicamente dándole un sentido indiscreto que compromete a la obra misma. ¿No está claro que esta emoción no es sino una reacción del creador, en lucha con ese algo desconocido que no es aún más que el objeto de su creación y que debe convertirse en una obra? Eslabón por eslabón, malla por malla, le será dado el irlo descubriendo. Esta cadena de descubrimientos, y cada descubrimiento en sí, es lo que da nacimiento a la emoción -reflejo casi fisiológico, como el apetito provoca la secreción salivar-, emoción que sigue siempre, y de cerca, las etapas del proceso creador.
Toda creación supone en su origen una especie de apetito que hace presentir el descubrimiento. A esta sensación anticipada del acto creador acompaña la intuición de una incógnita ya poseída, pero ininteligible aún y que no será definida más que merced al esfuerzo de una técnica vigilante.
Este apetito que se despierta en mí ante la sola idea de poner en orden los elementos señalados, no es un algo fortuito como la inspiración, sino habitual y periódico, cuando no constante, como una necesidad natural.
Este presentimiento de una obligación, este anticipo del placer, este reflejo condicionado, como diría un moderno fisiólogo, muestra claramente que es la idea del descubrimiento y del trabajo la que me atrae.
El hecho mismo de escribir mi obra, de poner, como se dicen, manos en la masa, es inseparable para mí del placer de la creación. En lo que me concierne, no puedo separar el esfuerzo espiritual del esfuerzo psicológico y del esfuerzo físico; todos se me presentan en un mismo plano y sin la menor diferencia de jerarquía.


Igor Stravinsky: Poética musical

Reglas

El caso es que, desde hace más de un siglo, la música ha multiplicado los ejemplos de un estilo del que la disonancia se ha emancipado, y ya no está remachada a su antigua función. Convertida en una cosa en sí, sucede que no prepara ni anuncia nada. La disonancia no es ya un factor de desorden, como la consonancia no es, tampoco, una garantía de seguridad. La música de ayer y la de hoy unen sin contemplaciones acordes disonantes paralelos que pierden así su valor funcional y permiten que nuestro oído acepte naturalmente su yuxtaposición.
Sin duda, la instrucción y la educación del público no han corrido parejas con la evolución de la técnica; un uso semejante de la disonancia ha amortiguado la reacción de oídos mal preparados a admitirla, determinando un estado de atonía en el que lo disonante no se distingue de lo consonante.
[…]
Toda música no es más que una serie de impulsos que convergen hacia un punto definido de reposo.
[…]
A esta ley general de atracción, el sistema tonal tradicional no aporta más que una satisfacción provisional, puesto que no posee un valor absoluto.
Pocos son los músicos de hoy que no se den cuenta de este estado de cosas. Con todo, no hay todavía posibilidad de definir las reglas que rigen esta nueva técnica. Esto no tiene nada de asombroso. La armonía, tal como se enseña en nuestros tiempos en las escuelas, impone reglas que no fueron fijadas sino largo tiempo después de la publicación de obras de las que han podido ser deducidas, pero que sus autores ignoraban. Nuestros tratados de armonía basan así sus referencias en Mozart y en Haydn, quienes jamás oyeron hablar de tratados de armonía.

Igor Stravinsky: Poética musical

Del fenómeno musical.

Voy a tomar el ejemplo más trivial: el del placer que se siente al escuchar el murmullo de la brisa en los árboles, el suave fluir del arroyo, el canto de un pájaro. Todo eso nos gusta, nos recrea, nos encanta. Nos mueve a decir: ¡Qué bonita música! Desde luego que no se habla sino por comparación. Pero aquí está el quid: comparación no es razón. Esos elementos sonoros evocan en nosotros la música, pero no son aún música. De nada nos sirve complacernos con ellos e imaginarnos que a su contacto nos convertimos en músicos, casi en músicos creadores: necesario es reconocer que nos engañamos. Es menester que exista el hombre que recoja esas promesas. Un hombre sensible a todas las voces de la naturaleza, sin duda, pero que sienta por añadidura la necesidad de poner orden en las cosas y que esté dotado para ello de una capacidad muy especial.
En sus manos, todo aquello que he dicho no ser música va a serlo. Deduzco, pues, que los elementos sonoros no constituyen la música sino al organizarse, y que esta organización presupone una acción consciente del hombre.


Igor Stravinsky: Poética musical

domingo, 8 de enero de 2012

La suerte está echada


Me considero, al menos, un decente jugador de cartas. No quiero presumir y decir que juego muy bien porque pretendo cuidar las formas. Pero lo cierto es que suelo ser bastante hábil. 
Imaginen un jugador que supera la media y que siempre es un contrincante difícil, desafiante. Ese soy yo.

Pero desde que empezó este año, no gané ni un partido. De nada. Perdí partidos de truco, perdí partidos de burako, perdí una cantidad de dinero considerable en el casino (siempre jugando a las cartas)… Y, después de perder tanto, empecé a perder la actitud y la esperanza. 
Empecé a olvidar cómo era ganar.

Ahora arranco los partidos sabiendo que voy a perder. Juego por jugar, nomás. Juego y pienso en el azar, en La música del azar (¿es casual que justo en este momento de mi vida esté leyendo ese libro?), pienso en la energía, pienso en Dios, pienso en cuánto tiempo más girará hacia abajo la rueda de Ignatius Reilly (que ahora es mía…). Y también, mientras juego, me toca pensar cosas como “yo creí que la peor carta que me podía tocar en este momento era un 6 de diamantes, pero no, claramente era esta jota de mierda”.

Una imagen vale más que mil palabras. Me reparten cartas jugando al burako y me salen cosas como ésta:  



O no soy un decente jugador como me gusta creer, o estoy teniendo mucha mala suerte.

Prefiero seguir pensando que las cartas son lo mío y que la suerte está echada.
La eché yo, no sé cuándo. Y lo hice sin darme cuenta. Ella agarró sus cosas, se fue sin saludar, sin decir a dónde iba y se mandó a mudar…

La sigo esperando.

lunes, 2 de enero de 2012

Las canciones

Escribir canciones puede ser de gran ayuda para dejar asentadas cosas de la vida y purgarse de las peores sensaciones que nos produce la misma.

Cuando escriba una canción, sepa que puede dejar en ella todo lo que quiera: un amor no correspondido, un amor correspondido y luego terminado, los pensamientos más oscuros que ocupen su mente (o los más felices), la sensación que le produce mirar el atardecer, la pérdida de un ser querido, la hipnosis que le produce mirar el fuego (¡cuán bello es algo constante y a la vez en continuo movimiento aleatorio!)…

Sepa también que tiene la opción de elegir si quiere quitarse de los hombros una pesada mochila y dejarla entera en una canción (léase desprenderse eternamente de algo) o depositar simplemente una cuota, para quedarse con un pedacito de sensación y seguir viviendo con ella.

Tenga cuidado y sea preciso y cauteloso al momento de escribir. No deje todo en una canción de amor no correspondido si desea seguir experimentando algo de sufrimiento. Tampoco tema escribir una canción para eliminar el cien por ciento de algo si usted así lo desea. Siempre sea cuidadoso, entienda que nunca más podrá recuperarlo.

Las canciones tienen ese poder. Un poder mágico, que permite dejar asentado en ellas marcas, huellas, experiencias vividas, momentos singulares de corto lapso temporal, pensamientos, emociones… Sirven para transmitir hacia los demás, para comunicarse con uno mismo, para asentar, para desligarse, para desprenderse, para recuperar, para comprender, para explicar, para terminar procesos, para aceptar procesos, para exhalar, para alcanzar profundidad. Sirven, sobre todo, para depositar cosas.

Haga un buen uso de ellas. Disfrute, pero a conciencia. Sepa que, al escribir una canción, siempre habrá un antes y un después.

Porque las canciones tienen esa capacidad maravillosa: la de, una vez escritas, transformar nuestra realidad.

Y la de los demás.

Punta del Este
Lunes 2 de enero, 2012