jueves, 2 de septiembre de 2010

Elena y Javier [1]: Una cuestión de probabilidades.

Javier y Elena desayunan. Desde hace meses que no se llevan bien. Javier lee el diario y no mantiene contacto visual con Elena.

-Javi, estoy leyendo.
-No pares, entonces. Aprovechá y no pares.
-Te quiero contar algo. Estoy leyendo un libro de divulgación científica...
-Ajá...
-Javier!
-Qué.
-¿Me escuchás?
-Sí, ¿para qué estás leyendo eso?
-Para aprender cosas, pero sólo superficialmente. Viste que a mí no me gusta involucrarme demasiado con ciertas cuestiones.
-Sí...¿Cuestiones como el conocimiento?
-Te hablo en serio, boludo.
-Bueno, ¿entonces?
-No, nada. Dejá.

(Silencio.)

-Nunca te va a interesar un carajo lo que yo tenga para decirte, ¿no?
-Sí, mi amor. Me interesa, pero sos muy vueltera. ¿Por qué no me contás lo que querés contarme y listo?
-Bueno, este libro tiene un capítulo que se llama "Probabilidades".
-Ajá.
-Y te enseña probabilidades, con fórmulas y todo.
-Ajá...
-La única cagada es que está en inglés y me cuesta un poco entender algunos términos.
-Claro.
-Bueno, ayer estuve todo el día tratando de sacar cuál es la probabilidad de que seas un pelotudo.

Javier respira hondo, se saca los anteojos lentamente y, por primera vez en la escena, retira la vista del diario para mirar a Elena a los ojos.

-Me voy a trabajar, Elena.
-¿Qué querés comer a la noche?
-Algo livianito...¿pollo?
-¿Con puré?
-Con puré.

Javier se levanta de la silla, le da un beso en la cabeza a Elena, abre la puerta y se va.



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