sábado, 21 de abril de 2012

Orquestación

En todos los casos, doblar las partes da gordura a la música y constituye un peligro que no puede evitarse más que precediendo con infinito tacto. Tales ediciones requieren una sutil y delicada dosificación, que supone, en sí, un gusto de los más seguros y una cultura de las más refinadas.
Se cree generalmente que se puede aumentar sin límite la potencia, multiplicando esas duplicaciones, y es completamente falso: espesar no es fortalecer.


Igor Stravinsky: Poética musical

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