martes, 11 de marzo de 2008

En el supermercado.

Aníbal: - Uuuy!!! Disculpe!!! Perdón! Perdón! No la ví, no la ví!

Martha (mirando a su hija): - Ay! La puta madre! Este hijo de puta me rompió el talón!

Florencia (hija de Martha): - Qué pasó?! Estás bien?

Aníbal: - Disculpe, señora, por favor. Iba avanzando con el changuito mientras miraba la góndola. No me di cuenta de que usted estaba adelante...

Martha (ahora mirando su talón): - Pero la santísima puta! Cómo duele esta mierda!

Aníbal: - Señora, perdón! No sé qué decirle...está bien?

Martha: - Sí, no se preocupe, ya está. Deje.

Aníbal: - Perdón, en serio. No quise lastimarla.

Martha: - Ya está, hombre, no se preocupe. Ya está.

Aníbal: - Bueno, perdón.

Aníbal dobla a la izquierda y se dirige hacia la góndola de las golosinas.

Martha: - Será posible? Una vez que decido ponerme estas sandalias de mierda, viene un boludo y me rompe el talón. Mañana vuelvo a usar las botas.

Florencia: - Por ahí simplemente es cuestión de que no traigas las sandalias al supermercado.

Martha: - También, puede ser.

Silencio.

Martha: - Qué queda?

Florencia (mirando la lista): - Galletitas, leche, yogur, levadura, lechuga.

Martha: - Bueno, vamos.


Martha y Florencia se dirigen hacia la góndola de los lácteos.
Mientras tanto, en la sección de carnes...

Jacinto: - Señor, disculpe. Usted probó esta marca?

Ariel: - Sí, compro siempre. Salen bárbaros.

Jacinto: - Y cómo los prepara?

Ariel: - Depende. Cuando no tengo mucho tiempo, al horno. Y sino a la parrilla salen...ufff....no sabe cómo salen! Para chuparse los dedos! Con salcita criolla...Mmmm! Una locura, una locura.

Jacinto: - Los voy a tener que llevar entonces...La marca que yo compro no está.

Ariel: - No se preocupe. Esta marca es buena. A pesar de que sea barata.

Jacinto: - Sí, igual barata barata no es...

Ariel: - Veinte porciento!

Jacinto: - Qué?

Ariel: - Veinte porciento aproximadamente subieron las cosas! A usted le parece? Uno viene, compra tres o cuatro pelotudeces, y se le van del bolsillo doscientos pesos. Como si nada. Encima mi mujer compra esos yogures de mierda marca "Ser", o no se qué carajo, que salen como dos pesos cada uno. Sabe cuantos compra a la semana? Diez! Diez yogures a la semana! A usted le parece? Ochenta pesos al mes gasto en yogures! Ochenta!! Dígame una cosa. Si al menos fueran ochenta pesos bien invertidos vale la pena, no? Pero mi mujer sigue gorda como un chancho. Hago estos chorizos con salcita criolla y se come cuatro al hilo. Después anda que el yogurcito esto, que el yogurcito lo otro....Que se deje de joder, viejo. Ochenta pesos! Ochenta pesos!!!

Jacinto: - Eh...sí...es caro...

Ariel: - Y claro que sí, hombre!

(Silencio. Jacinto aprovecha para alejarse unos pasos, haciéndose el que mira las tiras de asado. Vano intento.)

Ariel: - Ah! Y tengo otra para contarle! Cuánto está la lata de atún?

Jacinto: - Eh?

Ariel: - Sí, cuánto está la lata de atún?

Jacinto: - Este...no sé...Quiere que me fije?

Ariel: - Seis pesos con cuarenta! Seis con cuarenta! A usted le parece? Tuve que decirle a mi mujer que se deje de joder con eso del atún. Ayer justo estaba pensando. Mi mujer tiene que agarrar los diez yogures, abrirlos todos, meterlos en una ensaladera, tirar las tres latas de atún adentro, tirar todas las verduras que quiera, y comerse todo. Todo! Hasta que explote y se asquée de esas mierdas que come ella. Que la verdurita esto, que la verdurita aquello...Me tiene podrido. Podrido! Otra cosa que puede hacer es meter la cabeza bien adentro de la ensaladera y...

Jacinto (interrumpiéndolo): - ...tengo que ir a buscar algo de verdura, hablando de eso...hasta luego.


(Jacinto se aleja con rapidez.)



Catalina: - Disculpe, señora. No vió los yogures "Ser"?

Martha: - No, desde la semana pasada que no los encuentro en este supermercado. Pero me llevé éstos que son ricos.

Catalina: - Y son light?

Martha: - Si son qué?

Catalina: - Light.

Martha: - Ah, no, no sé. A ver...Sí, parece que sí. (a Florencia) Son light?

Florencia: - Sí, esos son light.

Catalina: - Ah! Bueno, bárbaro entonces! Los voy a probar. Me voy a llevar siete. No, mejor diez. Diez está bien.


CONTINUARÁ CUANDO ME DEN GANAS DE SEGUIR ESCRIBIENDO.

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