domingo, 30 de marzo de 2008

Cuestion de uñas.

Hace relativamente poco descubrí que, entre tantas otras cosas, soy una persona ansiosa. Y una de las consecuencias que tiene este hecho es que suelo comerme las uñas.
De hecho, prácticamente no tengo uñas. Ni en los pies ni en las manos.
Las uñas de los pies no me las como porque no tengo buena elongación. Entonces utilizo el alicate.
Como últimamente estoy tratando de controlar ciertas cosas que antes solían ser incontrolables, hace cuatro o cinco días tomé la decisión de dejar de comerme las uñas.
Me parece que estoy madurando.

Punto y aparte.

Estoy cursando doscientas mil horas por día. Y ya no quiero ir más a la facultad me parece. El tiempo ahí adentro no pasa, no sucede. Es como una cápsula atemporal.
El viernes pasado entré creo que a las 13.30 hs.
Cuando salí, ese mismo día, tenía las uñas bastante más largas.

No hay comentarios: