lunes, 17 de marzo de 2008

Ñaca ñaca.

El miércoles pasado me junté con un amigo en casa. Nos juntamos con la idea de improvisar.
Ésta es una de las improvisaciones que hicimos. La idea era no pensar en nada, no tener nada prefijado, y ver qué surgía.
El muchacho dijo (sólo Dios sabrá por qué) "ñaca ñaca" justo después de que yo le dijera "estamos grabando". Y partimos de esa base.
Su nombre es Darío Bercovich y toca vientos. En éste caso, un clarinete.
Salió ésto:



1 comentario:

Anónimo dijo...

te lo dejo en el último, pero se refiere a todo el conjunto: locoo, me hacés reir! No wooooooow cómo me hace reir, pero no hay muchas cosas que me causen tanta gracia...
para mì es muy recalcable lo de "la santísima puta". El ensayo del reloj es digno de Cortázar, creo que de cronopios, o algo así...buen, sabrás entender.

Me gusta que hayan vuelto los dialoguitos, me gusta