jueves, 25 de enero de 2007

Carlos.

Lena: - Eh...ella va hasta la Biblioteca Nacional. Yo después sigo.
Elena: - Te dijo cuándo se va?
L: - Me dijo que lo estaba evaluando. Que todavía no sabía.
E: - Tiene muchas cosas por evaluar?
L: - No. Nunca tiene nada por evaluar. Siempre dice lo mismo. (al taxista) Vamos a tomar por Libertador, eh. Fíjese si puede pegar la vuelta por ésta.
T: - A esta hora puede que sea mejor...
L (interrumpiendo): - Qué hora es?
T: - Seis menos cuarto.
E (en secreto): - Yo tengo las cinco y media. Estará borracho?
L (en secreto): - El taxista? Siempre.
E (en secreto): - Siempre qué?
L (en secreto): - Siempre manejan borrachos. Los taxistas. Más de noche.
E (en secreto): - Qué barbaridad.
L: - Ah, no.
E: - Qué?
L (en secreto): - También manejan drogados. Muchos. Una vez me pasó que...
T: - Prefiere que agarre por acá?
E: - Como usted quiera. Está bien. Sí, sí, tome por ésta. (en secreto) No hay que discutirles nada. Se ponen peor.

Silencio.

E: - Bueno, entonces no sabés nada.
L: - Nada.
E: - De nada?
L: - Eh?
E: - No sabés nada de nada?
L: - No. Hay que esperar a ver qué decide.

Silencio.

L (en secreto): - Mirá como se le cierran los ojos.
E: - Mirá si te quiere dar una sorpresa?
L (en secreto): - El taxista?
E: - No, Lena. Estéban.
L: - Ah...

Silencio.

L: - No, no creo.
E: - Qué cosa?
L: - Que Estéban me quiera dar una sorpresa.
E: - Ahh, no! Seguro que no.
L: - Pero recién me acabás de decir que...
E: - Sí, pero no. No. Lo pensé mejor y no. Estéban no es de dar sorpresas.
L: - Cómo sabés?
E: - Qué cosa?
L: - Que Estéban no es de dar sorpresas.
E: - No, bueno. En realidad lo supongo...por su personalidad, qué se yo.
L: - Bueno, pero en la intimidad...no sabés. Conmigo puede ser otra persona, o no? Digo...al menos cabe la posibilidad.
E: - Sí, Lena, por supuesto. No digo que no.

Silencio.

E: - Es otra persona?
L: - Conmigo?
E: - Sí.
L: - No.
E: - Claro.
L: - Claro qué?
E: - Lo supuse... que no es otra persona. Estéban es Estéban. Punto.
L: - Y sí, lógico. No puede ser "Carlos", por ejemplo.
E: - Por qué?
L: - Y...porque es Estéban. Sencillamente por eso. Si fuera Carlos, no podría ser Estéban. Así son las cosas. Bueno, salvo que tenga como primer nombre "Estéban" y como segundo "Carlos", o al revés.
E: - Claro.
L: - Igual tampoco quiero decir que yo prefiera a Carlos.
E: - Qué Carlos?
L: - No sé, cualquier Carlos. No estaba pensando en ninguno en particular. Yo estoy muy contenta con Estéban. A pesar de que sea muy Estéban.
E: - También podes conseguirte un Carlos.
L: - No estaría mal. Conocés a alguno?
E: - Algún Carlos?
L: - Sí...
E: - No, no creo. Pero dejáme pensar. (al taxista) Acá a la derecha, por favor...Eh...bueno, si usted quiere, no? Siempre y cuando usted quiera, quiero decir. (en secreto, a Lena) Te juro que tengo miedo.
L (en secreto): - Al taxista?
E: - No. No sé que me pasa. Últimamente tengo miedo.
L: - Pero de qué?
E: - No sé. En general. Por ejemplo, antes de dormir.
L: - Eso es porque todavía no te acostumbraste a dormir sola. Es lógico. Recién...
E: - No estoy durmiendo sola, Lena.
L: - Conociste a alguien?
E: - Sí...
L: - No me habías contado! Qué tal es?
E: - Es muy atractivo. Un físico...no te imaginás. Carlos se llama.
L: - Qué envidia.
E: - Sí, toda la espalda bien marcada...
L: - Me refería al nombre.
E: - Ah. Sí. También. (al taxista) Bueno, por acá está muy bien. Yo me bajo. Si le parece bien, yo me bajó acá. Muchas gracias, eh. Que tenga un buen día.
T: - Gracias, igualmente.
E: - Chau, Le. Nos hablamos. Te llamo.
L: - Saludos a Carlos.
E: - Ay, sí, le mando...Y no sabés. Unos pectorales tiene que te morís. Bueno, chau.
L: - Chau, Elena.

No hay comentarios: