lunes, 22 de enero de 2007

Cena (dos).

A: - Pasáme la ensalada.

B le pasa la ensalada a A.

A: - No, no, la otra. La de zanahoria.

B prueba un bocado de su plato y, mientras mastica, le pasa la ensalada de zanahoria a A.

C: - Hoy me saqué un nueve.
B: - En qué?
C: - Historia.
A: - Ahora sí. Me pasás la de lechuga?
B: - Pasále la de lechuga.

C le pasa la ensalada de lechuga a A.

A: - Y otra porción de tarta, por favor.

B le sirve otra porción de tarta (de jamón y queso).

B: - Estaba pensando. Hace mucho que no vemos a la abuela.
A: - La abuela murió. El año pasado. Por eso no la vemos hace mucho.
B: - No, no. Ésa no. Ya sé. Ésa murió en julio. La otra, digo.
C: - En agosto.
B: - Qué cosa?
C: - Murió la abuela. Dora.
B: - Ah. Pero hace mucho que no vemos a la otra abuela.
C: - Aída?
B: - Claro, a ella me refería.
C: - Creo que murió tambien.
A: - No! En serio? Cuándo?
B: - No, no murió.
C: - Estoy casi seguro. No sabría decirte cuándo.
A: - Una pena.
B: - Totalmente. Otra porción.
A: - Estás comiendo como un cerdo.
B: - Cerda.
A: - No tiene importancia. Tenés que parar un poco.
B: - No tengo sobrepeso.
C: - Puede llegar en cualquier momento.
B: - Quién?

Suena el timbre.

B: - Atendé.

A se levanta y se dirige a la cocina.

B: - Quién será?
C: - Sobrepeso.
A (gritando, desde la cocina): Es Humberto. Le digo que bajás?
B (gritando): Sí. Decile que ya bajo.

A vuelve a sentarse.

C: - Salen?
B: - Quiénes?
C: - Humberto y vos.
B: - Ah, sí. Vamos al cine.
A: - Qué van a ver?
B: - No sé. Veremos.
C: - Y claro...
B: - Claro qué?
C: - Que verán. Sino qué sentido tiene ir al cine?
B: - Pasáme la sal.
A: - Ya tiene sal. Creo que no le hace falta. Probála antes.
B: - Irma se fue?
A: - Sí, dejó la comida lista y se fue. De hecho, se fue una hora más tarde de lo normal. Creo que le pasa algo.
C: - Por qué decís?
A: - Y, porque en general hace malabares para poder irse antes. Limpia rápido, cocina y se va. En un momento hasta llegué a pensar que se le cruzaba por la cabeza subcontratar a alguien para que hiciera la limpieza de casa. Así ni tenía que venir, digo.
B: - Pero qué le pasa?
A: - Supongo que no querrá estar en su casa. Me animo a decir que ni bien salió de acá se metió en un café o algo.
C: - Por qué?
A: - Y, para no ir a su casa.
B: - Claro.
C: - Pero qué te hace suponer que no quiere llegar a su casa?
B: - Y...algo debe estar pasando en su casa. Algo que quiere evitar.
A: - Eso mismo. Eso creo. Manteca.
B: - Qué?
A: - La manteca.
C: - No se te entiende nada si hablás con la boca llena.
A: - La manteca, pasáme la manteca.

B le pasa la manteca a A. A le pone manteca a la tarta de jamón y queso.

B: - Qué hacés?

Suena el timbre.

B: - Atendé.

A se levanta y se dirige a la cocina.

B: - Quién será?
C: - Humberto. Le puso manteca a la tarta, viste?
A (gritando, desde la cocina): Es Humberto. Le digo que bajás?
B (gritando): Sí. Decile que ya bajo.

A vuelve a sentarse.

A: - Habría que sacar la carne del horno. Estuve mal en no sacarla recién, cuando fui a la cocina.
B: - Sí. La traés?
C: - A mí me parece que es una exageración de comida.
A: - No, no debe ser una exageración.
B: - Por qué lo decís?
A: - Y, porque si Irma en realidad lo que quiere es estar más tiempo acá, no nos va a querer dejar comida de más. Porque sino mañana tendría que cocinar menos, por la comida que sobró. Me explico?
C: - Claro. Tenés razón.
A: - O sea que la cantidad de comida que dejó Irma es la justa. La exacta. O quizás menor a la que necesitamos.
B: - Qué barbaridad.
C: - Qué cosa?
B: - Que nos deje menos comida de la que necesitamos.
C: - Sí, verdad. Tremendo.
A: - Quizás habría que bajarle el sueldo.

Suena el timbre. Esta vez, nadie se levanta.

B: - Agua.
A: - Todavía tenés en el vaso.
B: - Eso es menos de un trago.

C le sirve agua en el vaso a B.

B: - Hay algo de postre?
A: - Hay algo de fruta. Y hay una torta de manzana tambien.
C: - Qué bien. Quién la hizo?
A: - Irma.
C: - Esa mujer es una maravilla.
B: - Quién?
C: - Irma. Habría que darle un aumento. Pobre mujer. Intuyo que le debe estar pasando algo.
A: - A mi me da la misma impresión.

Silencio.

C: - Hay olor a quemado.

Suena el timbre.

B: - Debe ser la carne.
A: - No, es Humberto.
B: - No, por el olor a quemado lo digo.
A: - Ah.
C: - Qué tal huele Humberto?
B: -Bien. Bastante bien.

Silencio.

B: - Alquilé una película.
A: - Cuál?
B: - No recuerdo, pero salí muy contenta del video club. Va a ser buena. Lo presiento. Actúa este muchacho...cómo se llama?
C: - Nicholson.
B: - Sí, cómo sabías?
C: - Fui al video club con vos.
B: - Claro, que idiota.
C: - Yo? Por qué?
B: - No, este muchacho, Nicholson. No para de hacer películas.
C: - Ah.

Suena el timbre. Dos veces. La primera mucho más corta que la segunda.

B: - Habría que sacar la carne del horno. O al menos bajarle la temperatura. El olor ya me empieza a molestar.
A: - Yo voy.
B: - Esperá. Sacála del horno y metéla en la heladera.
A: - Directamente? No le va a hacer mal?
B: - A quién?
A: - A la heladera.
B: - Ah. Sí. Puede ser. Dejála en el horno entonces. Con el horno apagado, lógicamente. Yo creo que comimos suficiente. No va a hacer falta la carne. Esta Irma siempre hace comida de más. Nos verá demasiado flacos?
C: - Es posible. De todos modos me gustaría comer la torta de chocolate.
A: - Es de manzana.
C: - Bueno.
A: - Bueno qué?
C: - Que de todos modos la quiero.
A: - La torta?
C: - No, a Irma. Ella sabe que a mí no me gusta la de manzana. Pero de todos modos la quiero. A Irma, digo.
A: - Ah, sí. Es una muy buena muchacha. No creés que le está pasando algo últimamente?
C: - Sin dudas.
A: - Bueno, dénme los platos. Yo dejo todo en la cocina, apago el horno y corto tres porciones de torta. La comemos mientras vemos la película.
B: - Genial!
C: - No vamos a limpiar nada?
A: - Se encarga Irma mañana.
C: - Esa muchacha es una bendición.
B: - Sí...

A se lleva los platos a la cocina. B y C se levantan de la mesa y se dirigen hacia otra parte de la casa. Vuelve a sonar el timbre. Esta vez tres veces. La primera más larga que la segunda, y la tercera más corta que la primera, pero más larga que la segunda.

Vuelve a sonar una cuarta vez el timbre. Nadie contesta.


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